Localizado cerca del centro de Bilbao, La Mary nos ofrece una visión de comida ligeramente moderna, con platos grandes, buenas presentaciones y "poco" alimento. Situado en la Plaza Arriquibar nº3, posee la característica de tener ventanas de cristales grandes por lo que puedes ver perfectamente su interior, sobre todo de noche. Al pasar por delante es en lo primero que uno se fija. Después le sigue la carta.
Con motivo del Sábado Blanco (donde la entrada de todos los museos era gratis y había diversas representaciones en toda la ciudad) decidimos que era un buen día para cenar allí. Dado que era de noche, no había opción de menú asique tocó pedir directamente de la carta (el menú sale bastante más barato, como en cualquier sitio).
Entramos a las 21:00, nos colocaron más o menos a la mitad. Debe ser grande, no lo sé exactamente ya que era la primera vez que iba, asique no comprobé su tamaño. Las mesas están muy juntas, yo creía que en el lugar donde estábamos era en realidad para 4 personas pero no, eran mesas de dos personas.
Nos dieron la carta y mi primera impresión fue que todo tenía buena pinta, temía que tardase medio siglo en decidir qué comer pero me guié un poco por el precio, que tampoco quería gastar demasiado aunque fuese una noche especial. (Me disculpo de antemano por la fabulosa calidad de las fotos, he de conseguir una buena cámara).
Pedimos como entrante, un Surtido de croquetas, pensando que sería un par de cada. Nada más lejos de la realidad; había dos de calamares en su tinta (eran de color negro debido a la tinta, por lo que no es muy difícil poder poner un par), 1 de gambas y setas, 2 de puerros, 1 de queso Idiazabal, 1 de jamón serrano y el resto eran de jamón y queso (6). Tuve la suerte de que comí todas las variedades de croquetas pero mi acompañante no tuvo la misma fortuna.
A continuación, nos trajeron lo que habíamos elegido: Magret de pato con salsa de Oporto y pera horneada para mi y Entrecot de ternera con salsa de boletus, patatas fritas y pimiento piquillo para mi acompañante. Ni el magret ni el entrecot llevaban sal asique tuvimos que mezclas los condimentos para obtener un sabor decente.
Como se puede ver, los platos son grandes y hay menor cantidad. El magret vino con pocas rodajas de pato, eso opino yo al menos. Sin embargo, bien que me pusieron trozos de pera. En cuanto a la carne, 1/3 de lo que trajeron era grasa, asique al final el plato se quedaba en nada. Ciertamente, sin sal, el sabor cambiaba bastante por lo que, la mejor opción era mezclar todo lo que tenías en el plato.
Yo me quedé con hambre, el pato no me había llenado y decidí que podría darle una última oportunidad al local si me traían bien el postre. Qué error. Elegí algo ligerito, fácil de digerir, como la Copa para los fanáticos del chocolate. Vuelvo a repetir, qué error. El surtido consistía en helado derretido de chocolate, encima de éste el brownie más duro que he tenido el disgusto de probar y chocolate fondant tapando toda la copa. Debí de reproducir a la perfección la famosa escena de Psicosis, cambiando el cuchillo por una cuchara. Y por desgracia, no es una exageración. Están como testigos los señores de la mesa de al lado. El postre de mi pareja era más light, Copa de mascarpone con fresas. Probé un poco y estaba realmente bueno. El mio no me lo pude terminar, demasiado esfuerzo invertido en trocear algo que debería ser blando.
Mi valoración
- El restaurante es muy bonito, la decoración es elegante sin ser extravagante.
- Cerca del centro, está todo a mano.
- Mesas demasiado juntas, no es un buen sitio si quieres algo de intimidad.
- Servicio lento, incluso con poca gente. No es algo de lo que deberían presumir en su pág web.
- No apruebo la comida sin sal, obligándome a mezclar los ingredientes del plato para poder ingerir a gusto lo que estoy comiendo.
- Platos grandes, poco alimento. O vas con poco hambre o tienes que pedir más platos.
- La presentación muy sofisticada pero, lo que gana en eso, lo pierde en la calidad.
- Demasiada espera entre plato y plato. Nos pasamos casi 2 horas para comer 3 cosas.
- Al pedir la carta para los postres, tuvimos que esperar a que terminasen de pedir los de la mesa de al lado para poder seguir comiendo. Había cartas de sobra a 2 metros.
- Brownie demasiado duro. Lo que me dieron era una piedra, no un bizcocho.
- Mascarpone ligero, muy buena opción mezclarlo con las fresas.
- El helado no era helado, eso parecía un batido que rellenaba el hueco del fondo.
- La cuenta, vino en seguida; comenzaba a haber cola por lo que nos querían despachar rápido.
Nota: 2/5 (en general, no me gustó el sitio, demasiados contras para tan pocos pros, habrá que ver qué tal se desenvuelven al mediodía).
Como último dato, me habían comentado que hay dos opiniones bastante opuestas: la gente a la que le encanta La Mary y las personas que no piensan volver. Muchos decían lo de las mesas demasiado juntas, servicio lento, poca comida. El coste me pareció demasiado alto para lo insatisfecha que quedé. Aún así, no sé si ocurre en todos los restaurantes de esta franquicia o sólo en ese. Me queda probar el menú del mediodía, igual ahí la cosa cambia.
Servicio lento, tardar dos horas para tres cosas y que luego os despachen rápido porque hay cola....algo falla ahí
ResponderEliminarFalla todo en general xD Fuimos con conocimiento de causa pero aún así, no pensé que sería tan malo todo.
EliminarNo veas, yo puedo contar con los dedos de una mano los restaurantes que me parecen dignos de ir :/. Ayer fui a uno en línea de playa, carísimo y a unos amigos les pusieron la pizza con la masa cruda, literalmente xD.
ResponderEliminarLos que suelen estar por esa zona suelen bastantes caros y la calidad, por lo general, deja bastante que desear -.- Depende de cuando y como, a veces los buenos restaurantes dejan de serlo xD Ya hablaré de uno de por aquí que he visto la cara y la cruz.
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