Restaurante Yandiola

Hace unas semanas, tuve la oportunidad de ir al restaurante Yandiola, que para los que no lo conocen, es el restaurante que se encuentra en el interior de La Alhóndiga y es uno de los más exquisitos que hay actualmente en Bilbao. Se centra en comida moderna, como es de esperar, y sus precios no es que sean precisamente baratos. El IVA te lo suman sobre el total y no es ni más ni menos que el 10% de lo que hayas consumido. 

No habíamos reservado y, aunque fuimos relativamente pronto (21:30 aproximadamente) la camarera nos puso mala cara pero al final nos dio mesa. El local es bastante grande y las mesas están muy separadas entre sí asique, esta vez sí, había una total y completa privacidad sin tener que escuchar conversaciones ajenas mientras cenábamos. En general, cada mesa poseía una silla y un sofá (yo elegí el sofá). La carta no es nada extensa y el nombre de los platos te hace replantearte si estás leyendo un menú o un texto. Como fue día especial, no llevé cámara de fotos porque no tenía pensado hacer review asique las imágenes que ponga no me pertenecen.

Para comenzar, nos trajeron un pequeño aperitivo que consistía en un cuadradíto de foie, vino gelatinoso y manzana. Lo del vino me echaba para atrás pero estaba delicioso. Después de eso, comenzó la cena de verdad.

Un entrante a medias, Brasa de Boletus y yema euskal oiloa con una mousselina de caza y gomasio de avellana. Esto consistía en setas boletus debajo de una crema anaranjada y unas ramitas (la descripción es pésima pero apenas me acuerdo del plato y tampoco hay imágenes). La camarera se acercó a la mesa con una bolsa que contenía las setas y las dividió entre los dos. Estaba buenísimo aunque era poca cantidad y lógicamente había hambre.

De segundo, yo pedí Merluza rellena de txangurro en caldo corto de crustáceos aunque no se llamaba así cuando fuimos nosotros. Era un trozo de merluza con huevas y caldo de centollo también. Primero sirvieron el pescado y después le echaron el calo por encima para que lo absorbiera y se quedase con un poco del sabor. Estaba riquísimo aunque un poco salado el pescado. No quedo absolutamente nada de nada. En cuanto mi pareja, optó por un Cochinillo crujiente y deshuesado asado a baja temperatura, crema de patata-limón y migas de txerri. Era un trozo de carne, no muy grande, pero estaba muy suave y se deshacía en la boca. Llevaba como acompañamiento una crema de patatas y hojas de ensalada. Muy bueno ciertamente.

Para finalizar la velada, pedimos postre. Yo Fluido de chocolate a la taza con helado de avellanas y mi pareja un Surtido de 8 quesos. Pensaba que lo mio sería chocolate caliente en una taza y una bolita de helado encima pero no; era un coulant en una tacita y helado de avellana en otra, buenísimo tanto el coulant como el helado como la mezcla de ambos. En cuanto a los quesos, pusieron entre 3-4 trozos de cada uno asique pude degustarlos todos. Recuerdo que uno me recordaba al olor del cuero. No recuerdo exactamente que tipo de quesos eran pero sé que uno era azul, típico en Inglaterra y había otro que era típico por Este. También estaba el Idaizabal y otro exclusivo del restaurante. Los demás por desgracia no sé como se llamaban o de donde procedían.

La velada fue perfecta y el trato exquisito. Cada vez que veían que teníamos los vasos semi-vacíos venían y nos lo rellenaban. Yo sujetaba el vaso cada vez que cogían la botella por si se iba a caer y, parece ser que es una práctica muy extraña porque la camarera se sorprendió que lo hiciese. Antes de empezar la comida te dan a elegir entre 3-4 panes. Yo cogí uno que parecía integral y mi acompañante el pan blanco normal. Hay que comentar que, a medida que pasaba la noche, el establecimiento iba llenándose más y más asique es recomendable reservar por si acaso. Por último, decir que los precios de los platos rondan los 18-24 € creo recordar.

Nota: 5/5 (aunque el precio sea caro, hay que tener en cuenta que se trata de comida moderna por lo que es normal costes ta elevados, todo estaba muy bueno y no hay ninguna queja al respecto).